Al día siguiente:
Hola no me podés prestar el teléfono de tu casa un momento? Que pena pero precisamente ayer me lo cortaron, pero gracias por la bolsa de sal de ayer, de verdad me sacó de un gran apuro.
Cinco minutos después:
Podés alejarte de la ventana mientras hablas por teléfono, que pena con el vecino.
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